miércoles, 18 de julio de 2012

Mi Chorizo está triste


Mi chorizo está triste
¿Qué tendrá mi chorizo?
No hay beso que lo salve
No hay mamada que lo reviva

Mi chorizo está triste
Se me ha encogido, se me ha arrugado
No hay culo que lo alegre
Es tu culo el que quiere

Es tu beso el que lo mima
Es tu mano que lo soba
Sos vos y solo vos
Por quién mi chorizo llora.

¡Ay de mi chorizo
Que descansa en mi mano!
Suave lo acaricio
Duro lo halo

Son tus piernas encaramadas
Sobre él encajadas
Mi chorizo te llama
¡Vení, llegate a la casa!


Colectivo Chorizo
Pichi Cacha

martes, 17 de julio de 2012

¿Que sabor tienen ¨Las lagrimas de mi chorizo¨?


   Estas lagrimas no son dulces, no tienen azúcar artificial ni son endulzadas con miel de finca, no vamos a pretender lo falso, no vamos a adornar poesía con clichés renacentistas. Estas lagrimas no son ácidas, no venimos a tirar indirectas ni a perjudicar a terceros. No son amargas ni saladas.

          Estas lagrimas saben a la pared que uno golpea cuando estas furioso, a la almohada que usamos para gritar, a la baba, el sudor que queda tatuado en las sabanas después del sexo violento. Estas lagrimas saben a realidad con un poco de tragicomedia salpicada al gusto. 

El sabor es la impresión que nos causa un alimento u otra sustancia.

           Vamos a volar tan alto como una adolescente enamorada y ser tan terrestres y crudos como el exquisito sabor de una vagina que grita por la la lengua de su amada. 

        En este espacio no existe censura ni auto-censura. Aquí no existe dualidad, lo oscuro y la luz, el hombre y la mujer. Aquí es donde mezclaremos lo cursi con olores y sabores a sexo de la noche anterior. No solo se hablará de chorizos sino de papayas. Chorizos con papayas, papayas con papayas, y chorizos con chorizos. 



Aquí es donde vamos a parir relatos y poesía sin moral castrante.




Colectivo Chorizo
Kong Tur-Kong

Instrucciones para hacer llorar un chorizo.


Colóquese en un ángulo en el que pueda tener contacto visual con su pareja, tome el pene con la mano derecha (en caso de que no sea zurda) y con la izquierda tóquele los huevos. Sin dejar de masajear su sexo, humedezca sus labios y bésele el vientre, chupe, sople, dibuje círculos con su lengua y sienta como la verga se pone dura entre sus manos. A estas alturas usted, si disfruta las mamadas tanto como yo, ya estará mojada, pero no se precipite, siga besando y explorando con la yema de los dedos, mírele a los ojos, y poco a poco baje por su vientre hasta tener su verga en la cara.


Sostenga su verga con firmeza y bese el glande, succiónelo, envuélvalo con su lengua, memorice su textura y disfrute. Indique a su pareja que le acaricie entre las piernas, en los pechos, las nalgas y cuando esté excitada abra un poco los labios y baje hasta la base del pene. Deslice sus labios de arriba a abajo repetidamente y trate de masturbarle con sus manos al mismo tiempo.

Chúpele la verga, los huevos, mastúrbelo, mojelo con su saliva y poco a poco baje el ritmo. Entonces deténgase y disfrute de verlo disfrutar, véale el sexo y aprecie como las lagrimas pre orgasmo se derraman por su glande.

El último paso requiere de experiencia y no puede ser practicado en estado de ebriedad o luego de comidas abundantes. Deslice el pene dentro de su boca, húndalo hasta que no pueda más y mastúrbelo con su garganta, saboree, disfrute y pronto sentirá la humedad tibia de su semen, por ningún motivo ponga cara de asco, trague e intente venirse usted también.

Es importante que usted disfrute del sabor del semen de su pareja y si a él le sabe horrible mándelo a la verga porque mamona que se respeta lo hace terminar en su boca y traga. En algún lugar del mundo le espera el semen perfecto, espere a que llegue a su vida, pero mientras tanto, siga practicando y perfeccionando el milenario arte de mamar.

Colectivo Chorizo
Sumikito